El control dentro de ADEM no es algo visible, no hay órdenes directas ni amenazas claras. En cambio, nos mantienen en un constante estado de incertidumbre.
Como profesor, recibes notas anónimas, mensajes que parecen ser solo sugerencias, pero en realidad son amenazas disfrazadas.
Esta estrategia crea un ambiente de desconfianza, donde todos nos vigilamos entre nosotros, donde nadie sabe en quién confiar. Este tipo de control también afecta a los alumnos. Ellos sienten que están siendo observados constantemente, aunque no haya una figura autoritaria que los vigile todo el tiempo.
Les enseñan a estar atentos a los gestos de los demás, a leer entre líneas, a no cuestionar, pero también a no ser descubiertos. Bajo esta atmósfera, nadie se atreve a hablar, ni los profesores ni los estudiantes. Todos estamos atados por un miedo invisible, una amenaza constante de ser excluidos o castigados si nos atrevemos a cuestionar lo que nos dicen.
cuánta info saliendo a la luz...